Las malas intenciones

miércoles, 31 de octubre de 2007

Horóscopo


La carretera estaba iluminada por las luces del auto que pasó por encima de un bulto negro.

A través del espejo retrovisor se veía unas raíces rojas que resaltaban en el blanco de los ojos de quien manejaba, fijos en la carretera, pero a la vez se perdían fuera de este mundo, lejos, muy lejos, quizás años atrás, rencor envejecido, macerado en fétidos recuerdos. La respiración llena de rencor se ahondaba y como las primeras gotas gruesas de lluvia de pronto cayeron tibias sobre sus mejillas hasta perderse en la comisura de sus labios. Prendió la radio, cuya emisora transmitía la hora del horóscopo: - “Aaaries, encontrarás alguien especial y diferente en la aventura de tu vida. Taaauro….¡click¡- Y otra vez el silencio se apoderó del momento, cuando divisó en su camino una silueta delgada que hacía señas con las manos; entonces se detuvo y sin preguntar nada la recogió. – Gracias, por favor acérquemela primer pueblo del camino, mi auto se malogró y muero de miedo en la oscuridad, fallo el sistema eléctrico o nosé. Escuchó un suspiro pero no halló respuesta alguna.

El silencio era incómodo. ¿y a dónde vas? Tuve suerte que te detuvieras. ¿viajas por placer o te escapas de la ley?. Sólo así, con la rabia contenida, giró la cabeza con una mirada hosca acompañada por una vos que retumbaba en la caja toráxica – Ni uno ni otro, sólo quiero encontrar algo contra que chocar - Entiendo ¿tus miedos? – Frenó súbitamente y la inercia se quebró – ¡No me sicoanalices¡ Si estás aquí es porque lo escuché en un estúpida emisora de radio.

El descolorido silencio reinaba, hasta que divisaron un cartel amarillo con letras negras que decía: “Cerro Verde-4 km.” Y sus rostros esbozaron sonrisas primaverales.

Escondía su mano dentro de su casaca y muy despacio sacó una tijera de metal que inmediatamente introdujo en el cuello de Lucía, la de los ojos rojos, cuyo reflejo en el espejo retrovisor era desgarrador, con la otra mano Héctor se hizo cargo del volante, mientras Lucía se enfriaba desangrad, abrió la puerta del auto, desató el cinturón de seguridad y la botó a la negruzca carretera.

Héctor se acomodó frente al volante, encendió la radio cuando entonaba la canción de Héctor Lavoe “Todo tiene su final nada dura para siempre” : En eso un camión de cargase adelanto bruscamente cerrándole el paso chocando estrepitosamente muriendo al instante.

miércoles, 3 de octubre de 2007

SABOR A SAL

Escalpelo oxidado,
descarnando tu piel,
piel humedecida con olor a otro
sabor a sal,
deseo inmóvil en amor usado,
desgastado,
beso apasionado en labios frios,
pupilas dilatadamente asqueadas.
Corazón expuesto a los rayos de luna.
Sobre tu vientre aterciopelado,
lágrimas de ira envejecida
inundando tu orificio central,
rios desbordándose en dirección al sur,
aire rancio entre tu cuerpo y mi desamor,
pasión perdida en los laberintos de la razón,
crepúsculo de sangre tornasolada,
historias de cenizas
que mis manos difuminan
en el lienzo de tu piel.

U2 - With or without you

METALLICA ENTER SANDMAN . LIMA PERU