DESOLADO
Ardiste una noche.
En rocas escarpadas
tus brazos
emanaron afluentes de ácido
Y quemaron tus pies.
Adolorido.
Lejos de tu nido
comiste carroña.
Arrojaste al vacío tu cuerpo desolado
arrastraste la cruz agusanada sobre tus hombros
y los gusanos se alimentaron de ti.
Gritabas.
Ahora suplicas bajo el sol inexorable
Lágrima azul en un rostro sin rostro.
Puerta abierta
Atesora el amor
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