El lenguaje es una herramienta decisiva en el desarrollo de nuestro pensamiento, lo que decimos frecuentemente tiende a grabarse en nuestro subconsciente y puede formar parte de nuestras creencias y actitudes de vida, las cuales algunas pueden ser intolerantes, ya que somos por fortuna diferentes, por este motivo debemos estar alerta a nuestras expresiones, porque hablar por hablar no nos permite revisar el contenido de lo que ligeramente podemos transmitir.
Difícil tarea, ya que nuestro verbo y las manos saltan primero antes que nuestra razón y si a esto sumamos la carencia de palabras que podemos tener para expresar o sustentar una idea; nos refugiamos en dos opciones; una es cerrarnos totalmente sin poder argumentar y la otra es la violencia.
La búsqueda convenida de “justicia” para nuestros pensamientos y actitudes puede evitar que nos comuniquemos efectivamente con los demás, no logrando hacernos cargo de nuestra propia vida dependiendo y viviendo en función del resto.
Nos creamos estrategias como, llamar la atención, buscar la compasión (victimización); puedes justificar todo tipo de comportamientos inmorales, ilegales o violentos, “si el puede hacerlo, yo también puedo “; buscar estupendas excusas para ser ineficiente, “si ellos no hacen nada, yo tampoco”; llegar a comportamientos vengativos violentos “si me hicieron daño, lo justo es que yo responda”.
Estas actitudes nacen desde que comenzamos a respirar y ver que todo resulte a nuestra conveniencia a costa de todo. Los niños aprenden de ejemplos almacenándolos en su cerebro “si te pegan, defiéndete, pega también“, “si te insultan, ahora insulta tú”, restringiendo su capacidad de verbalizar fundamentando sus ideas a través de palabras, llegando a dialogar.
El conocimiento y descubrimiento de las palabras puede darse por medio de la lectura, esta es una forma de abrir nuestro pensamiento y se hará efectiva la comunicación, la tolerancia, el cambio de actitud y confianza en sí mismo, sin esperar la aprobación de los demás o que nos digan lo que debemos hacer, sólo así lograremos una independencia total liberando nuestro ser para la productividad.
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