EL REGRESO A LIMA

Antes del inminente regreso a la ciudad color panza de burro, pasamos por la ciudad de Concepción, lugar que tiene una virgen reconocida y las personas devotas de ella le hacen fiesta en el mes de diciembre en el lugar donde se encuentren. La plaza central de estructura clásica con la municipalidad, el infaltable comercio y su blanca iglesia con su sello característico. Un detalle que se puede apreciar en una de las imágenes, que dicho sea de paso lo pudimos apreciar mucho después, donde están unos monumentos levantados en homenaje a los héroes de la batalla de concepción, se puede observar a lo lejos la virgen sobre el cerro, una escultura de enorme tamaño, más o menos una media hora para llegar hasta arriba, para hacerse una idea es como el cristo de Corcovado en Brasil.

No había mejor idea que regresar de día, así podíamos apreciar el panorama que la noche nos ocultó al llegar a Jauja. Unos lagos naturales y otros lamentablemente eran pozos de oxidación, sobre todo cuando estás por llegar a la Oroya y Sta Rosa de Sacco. El río nos acompañó largo trecho, los pastizales siendo devorados por los ganados ovinos y vacunos, algún burro terco sin querer moverse, el estadio deportivo de Jauja, un aeródromo, imagino yo que hacen ruta más a la selva, las rieles de un tren que no había, los puentes y las curvas de las carreteras, otra vez la lluvia que hacía desacelerar al vehículo y a su vez hacía la oscuridad mas extensa en los túneles. Tres películas aburridísimas que pasaron sin gloria, mi mejor película era real de la mano de Rafael la cuidad iba apareciendo y la noche fría se apoderó del Lima, pero la lluvia fue nuestra amiga durante el viaje hasta nuestro hogar.