Me agarraba a patadas.
Así aprendí a leer. Escondido y aterrado con los ojos que ardían con tantas lágrimas saladas, repitiendo el alfabeto de memoria mientras un palo de escoba se metía debajo de la cama con furia incesante. ¿Ahora estás más tranquila? ¿Me odias menos por haber matado a esas mujeres? ¿Por qué me miras así? Tienes el poder de acabar con mi vida, mejor ahora, total igual me condenaron a la pena de muerte, y eso será ejecutada en tres días. Horas antes ¿cuál es la diferencia?
“Dra. Torres la solicita el comité de médicos”, “Dra. Torres la solicita el comité de médicos” la doctora llevó consigo unos estudios generales recién practicados al hombre que le hizo tantas cuestiones.
– Enfermera llévese con cuidado al paciente a la sala de recuperación – En el pasillo había mucha gente, algunos con cara de preocupación y tristeza en el alma, la enfermera trasladaba a Sergio Jiménez, quien causó la muerte a tres mujeres golpeándolas con un martillo partiéndoles los cráneos, él también se golpeó contra la pared cuando éstas intentaron defenderse.
La voz tranquila de un niño rompió ese instante - Hola ¿tú por qué estás aquí? – Me operaron la cabeza a causa de un edema cerebral producto de un golpe- Sergio miró al niño y sonrió cariñosamente - ¿y tú por que estás aquí? – “Mi hígado y mi intestino no funcionan, sólo estoy esperando una donación de órganos”. La mirada de Sergio se perdió en los del niño y pasó por su mente la idea de continuar con la vida.
En la sala de recuperación Sergio le pregunta a la Dra. Torres si puede ser posible que los órganos de un adulto pueden ser compatibles con los de un niño, recibiendo como respuesta la posibilidad de ser así. La doctora reacciona rápidamente mirando al hombre con frialdad – No puedo hacer nada, usted saldrá de aquí y cumplirá su condena y con la ley impuesta; pero como su doctora tengo que decirle que usted tiene una herida algo expuesta y muy delicada en el cráneo, por lo que debe tener mucho cuidado de no golpearla, de lo contrario causará una hemorragia y muerte cerebral. ¿entendió lo que le dije?
El silencio de la habitación y la tranquilidad de la soledad fueron acompañantes perfectos para los golpes secos contra la baranda de fierro de la cama que se teñía de sangre.
Así aprendí a leer. Escondido y aterrado con los ojos que ardían con tantas lágrimas saladas, repitiendo el alfabeto de memoria mientras un palo de escoba se metía debajo de la cama con furia incesante. ¿Ahora estás más tranquila? ¿Me odias menos por haber matado a esas mujeres? ¿Por qué me miras así? Tienes el poder de acabar con mi vida, mejor ahora, total igual me condenaron a la pena de muerte, y eso será ejecutada en tres días. Horas antes ¿cuál es la diferencia?
“Dra. Torres la solicita el comité de médicos”, “Dra. Torres la solicita el comité de médicos” la doctora llevó consigo unos estudios generales recién practicados al hombre que le hizo tantas cuestiones.
– Enfermera llévese con cuidado al paciente a la sala de recuperación – En el pasillo había mucha gente, algunos con cara de preocupación y tristeza en el alma, la enfermera trasladaba a Sergio Jiménez, quien causó la muerte a tres mujeres golpeándolas con un martillo partiéndoles los cráneos, él también se golpeó contra la pared cuando éstas intentaron defenderse.
La voz tranquila de un niño rompió ese instante - Hola ¿tú por qué estás aquí? – Me operaron la cabeza a causa de un edema cerebral producto de un golpe- Sergio miró al niño y sonrió cariñosamente - ¿y tú por que estás aquí? – “Mi hígado y mi intestino no funcionan, sólo estoy esperando una donación de órganos”. La mirada de Sergio se perdió en los del niño y pasó por su mente la idea de continuar con la vida.
En la sala de recuperación Sergio le pregunta a la Dra. Torres si puede ser posible que los órganos de un adulto pueden ser compatibles con los de un niño, recibiendo como respuesta la posibilidad de ser así. La doctora reacciona rápidamente mirando al hombre con frialdad – No puedo hacer nada, usted saldrá de aquí y cumplirá su condena y con la ley impuesta; pero como su doctora tengo que decirle que usted tiene una herida algo expuesta y muy delicada en el cráneo, por lo que debe tener mucho cuidado de no golpearla, de lo contrario causará una hemorragia y muerte cerebral. ¿entendió lo que le dije?
El silencio de la habitación y la tranquilidad de la soledad fueron acompañantes perfectos para los golpes secos contra la baranda de fierro de la cama que se teñía de sangre.
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